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Esta pequeña localidad, inmersa en la Sierra Norte, se ubica a sólo 101 kilómetros de Puebla y colinda con los municipios de Aquixtla, Chignahuapan, Tetela de Ocampo, Libres, Zautla, Cuyoaco, Ocotepec y con el estado de Tlaxcala

 

El municipio poblano de Ixtacamaxtitlán forma parte de la Ruta Sierra Mágica, que se encuentra al norte del estado y se caracteriza por su exuberante vegetación y una abrupta orografía, pues está rodeada por bosques, praderas, ríos y montañas.

Esta pequeña localidad, inmersa en la Sierra Norte, se ubica a sólo 101 kilómetros de Puebla  y colinda con los municipios de Aquixtla, Chignahuapan, Tetela de Ocampo, Libres, Zautla, Cuyoaco, Ocotepec y con el estado de Tlaxcala.

¿Por qué visitar Ixtacamaxtitlán?

Los turistas que arriban a la entidad no deben perderse de visitar el Exconvento de San Francisco -patrono del municipio-, fundado en el año 1542. En 1567 pasó a formar parte del clero secular para convertirse en parroquia.

En su infraestructura destacan 2 capillas: una dedicada al Señor del Buen Viaje, que ostenta pinturas de Cendejas y Villalobos; y la de la Virgen del Carmen, con su retablo barroco en colores blanco y dorado.

Otro atractivo de la entidad es la iglesia de San Andrés Tepexoxuca, fundada en el siglo XVI. En su interior se aprecia un retablo de estilo neoclásico del siglo XIX y un reloj de sol, que fue grabado en cantera en el año 1870. Su fiesta patronal se celebra el 30 de noviembre.

En la comunidad de Tlajomulco se asienta la iglesia de San Francisquito, localizada en lo alto de un risco de formación natural, frente al cerro de Acolhua. Se cree que en la antigüedad fue un adoratorio prehispánico o un minarete (punto de vigías de orden militar), ya que otorga una vista que comprende gran parte del valle.

La iglesia original fue construida con acabados muy sencillos, sin embargo, durante el siglo XVIII se edificó una cúpula de medio punto para embellecerla ante los ojos de los visitantes.

Otra de las iglesias de la entidad es la de Texocuixpan, un santuario donde se venera al Señor de la Buena Muerte, que según las creencias regionales surgió en el siglo XVIII. Esta advocación de Jesucristo se encuentra sobre un nicho de cantera rosa de estilo neoclásico, es el sitio más frecuentado por los peregrinos de la zona y su fiesta patronal se celebra el 3 de mayo.

En Huixcolotla se ubica un templo dedicado al Señor de la Salud, erigido a finales del siglo XVI. La edificación está orientada hacia el poniente, donde se encuentra Tierra Santa, y cuenta con una torre integrada al cuerpo estructural de tres niveles, donde fueron colocados los campanarios.

Otro de los puntos rigurosos de visita es el Museo Comunitario, situado en una vieja ermita de fachada blanca y deslavada, que fue inaugurado el 15 de octubre de 1993 y expone metales, vasijas, figurillas de arcilla, sellos y malacates de barro, navajas y puntas de lanza de oxidiana, dentro de una estructura de estilo colonial.

Su objetivo es preservar y difundir el patrimonio histórico, arqueológico y paleontológico de la comunidad, haciendo énfasis en los elementos etnográficos de la cultura náhuatl. Después de algunos trabajos de remodelación, fue reinaugurado en 2005 con una nueva curaduría y elementos museográficos.

¿Y qué decir de La Morena?

La primera plaza de toros del municipio, pues la tauromaquia trascendió en Ixtacamaxtitlán desde la época colonial. Fue construida en 1994, con capacidad para 2 mil personas, y ha sido visitada por matadores de talla nacional e internacional. En la actualidad, las corridas de toros se celebran cada 4 de octubre, en el marco de la Feria de San Francisco de Asís.

En San Francisco Ixtacamaxtitlán -cabecera municipal- existen 2 puentes, que en nuestros días son utilizados únicamente como pasos peatonales: el Puente de Fierro, colocado en 1927 y cuyas piezas fueron trasladadas desde el municipio de Cuyoaco; y el Puente Enterrado, que data del siglo XVIII y no fue terminado de acuerdo al plano original, pues contemplaba un busto del Alfonso XIII, gobernante de España de la época.

Naturalmente poblano. Ixtacamaxtitlán está rodeado de hermosos paisajes, por lo que ofrece a los turistas diversos sitios para pasar momentos de recreación en armonía con la naturaleza.

Acolhua es una cadena montañosa de 500 metros de altura y 80 hectáreas de perímetro, cuenta con una gran variedad de flora y tierras muy erosionadas, donde se practican diferentes actividades como montañismo, ciclismo de montaña y senderismo.

En Tulictic, el sitio más frecuentado por los visitantes es La Ermita, una cascada cuya caída de agua mide 2 metros de altura y 5 de ancho. Es un lugar ideal para contemplar la flora y la fauna del lugar.

Ixtacamaxtitláncomparte Los Bañitos, una pequeña caída de agua de aproximadamente 3 metros de altura, donde se pueden apreciar animales terrestres y peces de diversas especies, con Zotoltepec, Almonamique y La Vega.

El municipio también comparte el río Apulco con Cuauximaloyan, Zacapoaxtla y Xochiapulco. Este afluente se origina en Zautla y cruza las mencionadas localidades de poniente a oriente. Su caudal generalmente es tranquilo, no obstante, depende de las condiciones climáticas. La vegetación dominante está conformada por pinos, oyameles, sabinos y ocotes.

 

¡A comer!

Ixtacamaxtitlán tiene una gran tradición gastronómica, pues desde la época precolombina, se cocina el Mole de guajolote, que es un platillo compuesto por diversas clases de chiles secos, que -dependiendo de cada región- puede acompañarse con plátano verde o frito, pasta de ajonjolí, chocolate y otros condimentos.

Debe su apelativo a que se sazona con caldo de guajolote y manteca de cerdo, y suele prepararse en lebrillo de barro o con leña.

Otro de los platillos típicos del municipio son los escamoles, que pueden cocinarse de muchas maneras: fritos con mantequilla y epazote, huevo, salsas, en mixiote, con barbacoa, en gorditas y tortillas, entre muchos otros métodos. Del 21 de marzo al 21 de abril se celebra la temporada conocida como de escamoles, durante la cual se puede disfrutar de este plato en cada una de sus formas.

En la entidad también existe una receta que ha conservado la tradición de su elaboración a través de muchas generaciones: la Barbacoa blanca o al horno, que se trata de carne de carnero preparada en pencas, leña y piedras.  Para beber, se acostumbra el Mezcal natural o de gallina, que es un licor de maguey elaborado de manera artesanal en ollas de barro, cazos de cobre y recipientes de madera. Del maguey de huerta se extrae el Pulque natural, una bebida típica por excelencia, pues se sabe que la nobleza prehispánica lo degustaba con fines sacros.

 

Para llevar...

Ixtacamaxtitlán se caracteriza también por la elaboración de muebles rústicos con madera de la zona, pero también es posible encontrar bordados y tejidos en telas y fibras vegetales, además de ollas, jarrones y todo tipo de piezas de barro modelado a mano.

Todos estos suvenires pueden encontrarse en la Plaza Principal de la cabecera municipal, en la Casa de las Artesanías, donde se ofertan objetos elaborados por un grupo de ocho artesanos, que además ofrecen manteles, servilletas, trompos, baleros, barcos y aviones de madera, flores de tomoxtle (hoja de maíz) y cestas de palma.

El municipio debe su nombre al vocablo náhuatl que significa “lugar del camaxtli blanco”, es decir, “lugar cerca de la franja blanca”, que tiene más implicaciones religiosas que literales, pues Camaxtli era una deidad tlaxcalteca, mientras que en el mundo prehispánico, el blanco se relacionaba con el norte y la ancianidad.

Se dice que los primeros pobladores de la entidad posiblemente veneraban a los dioses de la caza, la guerra, la esperanza y el fuego, a juzgar por los hallazgos arqueológicos en el territorio. Todos los elementos que conforman Ixtacamaxtitlán integran un municipio repleto de belleza serrana y misterio, que ningún poblano debe perderse.

De: http://www.sexenio.com.mx/articulo.php?id=52776

Ixtacamaxtitlán, una belleza serrana

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